
Durante el embarazo el cuerpo se va adaptando para gestar una nueva vida. Las caderas se ensanchan, la panza crece y con ella, el bebé por nacer. Este proceso requiere de agua, fundamental para la formación y crecimiento de la placenta, el líquido amniótico y para el incremento de la cantidad de sangre materna. Para que todo este proceso se produzca es necesario que la futura mamá lo acompañe aumentando su consumo de agua.
🥤 Un hecho curioso es que además aumenta el umbral de la sensación de sed, por lo que la mamá no siente sed sino hasta que el cuerpo está deshidratado. Para evitar esto es necesario tomar agua aún sin sentir la necesidad, aunque sea de a pequeños sorbitos durante el día.
💧 El agua no se reemplaza con bebidas azucaradas y es complementaria a la alimentación. Durante los primeros meses del embarazo la recomendación es que se ingieran entre 2,3 a 2,5 litros diarios y a partir del segundo trimestre, 3 litros diarios. El estreñimiento es un trastorno habitual en el embarazo, debido a los cambios hormonales y anatómicos, o la dieta. El agua, acompañado de una alimentación rica en fibras, evita este problema, además de prevenir las infecciones del tracto urinario recurrentes.
💦 Una hidratación adecuada ayuda a la alimentación, hidratación y al sano desarrollo del bebé ✨
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